Es un honor ser parte de la historia de la vida de muchos seres humanos, en especial en
una hermosa etapa como es la niñez. Gracias a los niños y niñas nosotros
aprendemos el camino para ser mejores maestros, personas que modestamente
enseñamos a mirar de una forma distinta la vida
y viceversa, ellos nos enseñan a
mirar de forma distinta nuestra labor.
Los años nos enseñan
a proteger a la niñez con más celo. Hacerlo perecedero, que vivan siempre como
niños, que rían como niños, que se deslumbren al mirar algo nuevo, que
disfruten como niños su vida adulta y que como futuros padres miren y sientan a sus hijos con el amor que tienen
los niños. Considero que nuestra labor está en proteger a la niñez, en que
prolonguemos esa etapa por toda su vida porque el juego, el descubrimiento, el
asombro no debe perderse. Yo estoy agradecida a ustedes niños por el honor de
conocerlos y de ser su maestra. Estoy segura que recordarán más que nuestras
clases de gramática nuestras salidas , el cine en el aula, las canciones
aprendidas, nuestros planes, el arte, el
teatro, las risas , las manualidades, los secretos… muchas cosas. Gracias a los
padres por el cariño y el aprecio que me tienen. Nunca voy a olvidar
estos casi seis años con ustedes.
Gracias por los regalos.
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